La fractura es una de las lesiones óseas más comunes y típicas, que se puede dar o suceder en un sinfín de situaciones. Por lo general, la fractura suele traer un profundo dolor a quien la sufre (ya sea animal o humano) porque supone la rotura de la unión que normalmente se da entre dos o más huesos, como también el quiebre de algún hueso entero en alguna de sus partes. Sin embargo, la fractura es una lesión bastante simple de sanar, en la mayoría de los casos no requiere intervención quirúrgica si no reposo y la utilización de materiales como yesos o elementos plásticos que tienen como objetivo impedir el movimiento en la zona.
Si se aplica más presión sobre un hueso de la que puede soportar, éste se partirá o se romperá. Una ruptura de cualquier tamaño se denomina fractura. Si el hueso fracturado rompe la piel, se denomina fractura expuesta (fractura compuesta).
Una fractura por estrés o sobrecarga es una fisura delgada en el hueso que se desarrolla por la aplicación prolongada o repetitiva de fuerza sobre éste
Existen 2 tipos de fracturas:
-Cerradas: El hueso no sale por la piel.
-Abiertas: El hueso sale y rompe la piel produciendo una herida abierta, lo cual implica una hemorragia visible.
TODO ES FRACTURA HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO.
Técnicas de inmovilización:
Signos y síntomas:
- Extremidad o articulación visiblemente fuera de lugar o deformada
- Hinchazón, hematoma o sangrado
- Dolor intenso
- Entumecimiento y hormigueo
- Ruptura de la piel con el hueso que protruye
- Movimiento limitado o incapacidad para mover una extremidad
TODO ES FRACTURA HASTA QUE SE DEMUESTRE LO CONTRARIO.
Técnicas de inmovilización:
En medicina, se conoce como inmovilización al procedimiento o técnica que limita el desplazamiento de un hueso o de una articulación lesionada mediante la utilización de una ortesis (férulas, yeso, vendas, etc.)
El yeso o escayola es una venda de tela y sulfato de calcio que se utiliza para corregir las lesiones traumáticas; su objetivo es mantener inmóvil una zona del cuerpo durante un periodo de tiempo determinado y mantener la alineación de los segmentos óseos favoreciendo la consolidación.
inmovilización.
Yeso braquio-palmar
Se extiende desde el plano del borde inferior de la axila hasta la articulación metacarpo-falángica al nivel del pliegue de flexión palmar. La muñeca queda inmovilizada en ligera flexión dorsal y en rotación neutra, mientras que el codo queda en una flexión de unos 90°. Se usa en casos de fractura de húmero, cabeza de radio, diáfisis de radio, cubito y para mantener en su lugar tendones y músculos después de una cirugía.
Yeso antebraquio-palmar
Comprende desde 2 o 3 cm por debajo del pliegue anterior de flexión del codo hasta por encima de las articulaciones metacarpo-falángicas y a nivel del pliegue de la muñeca. Se indica en las fracturas de cúbito y radio, metacarpianas, fractura del escafoides y lesión en los ligamentos de la muñeca.La muñeca debe quedar en ligera flexión dorsal en general, aunque si se pretende mantener la reducción de una fractura, esta posición puede cambiar.
Yeso antebraquio digital
Incluye desde 3 cm por debajo del codo hasta la falange distal de los dedos. Se inmovilizan en semiflexión, con objeto de evitar rotación en la fractura y de conseguir una posición funcional en caso de que aparezca una rigidez permanente.
Férula en U
Se coloca por la cara externa del hombro y brazo hasta por debajo de la axila, se fija al brazo mediante una venda y el antebrazo pende de un «cuello-puño». También se puede emplear asociado a una férula braquial. Se utiliza en las lesiones del húmero.
Tóraco-braquial
Incluye todo el miembro superior afectado, desde el hombro hasta la mano; además comprende el tronco y abdomen, apoyándose ampliamente en las crestas ilíacas. El brazo queda en abducción de 70°, anteversión de 30 a 40° y rotación intermedia. Con estos ángulos, la mano queda por delante del mentón y separada de él por unos 25 a 35 cm.
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